No hay que dudar que esta actriz se ha forjado una imagen de mujer independiente a la que poco le importa la opinión de los demás. Y en sus memorias, "Then Again" (Ahora y siempre), lo demuestra. Reconoce que sigue queriendo a Woody Allen, que persiguió a Al Pacino para que se casara con ella y que para besos, los de Jack Nicholson.
En ‘Ahora y siempre’, Keaton cuenta algunas de las películas que le han marcado, de sus grandes amores y de su familia. Pero lo más interesante llega con el traslado de una joven Keaton de la soleada California a la impresionante Nueva York. Fue allí donde cambió su nombre. Al solicitar su carné de actriz ya había una Diane Hall, así que decidió usar el apellido Keaton.
Sus relaciones amorosas son capítulo a parte, allí cuenta cómo conoció a Woody Allen, con quien coincidió en la obra teatral ‘Sueños de un seductor’ (1968). "Durante los ensayos me enamoré del Allen del guion, pero también de Woody".
Y aunque formaban una pareja curiosa todo se rompió en 1975, lo que no ha impedido a la actriz mantener una excelente relación con el director, de hecho ella ha dicho que "echo de menos a Woody. Se estremecería si supiera cuánto le aprecio. Sé que casi le repugnaría lo grotesco de mi afecto por él. ¿Qué le voy a hacer? Todavía le quiero".
Con Al Pacino el enamoramiento fue tal, que hasta le pidió que se casaran. A él lo conoció en el rodaje de la primera parte de El Padrino, y se reencontraron años después para iniciar una larga relación intermitente.
Aunque la revelación que ha causado revuelo es la de la cinta ‘Alguien tiene que ceder’, de la que recuerda el apasionado beso de Jack Nicholson como uno de los mejores que ha recibido en su vida.
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