lunes, 15 de agosto de 2011
El Gimnasio Nacional aplaudió de pie el esfuerzo de José José
De pie para recibirlo y de pie para despedirlo. Así se comportó anoche, con el mexicano José José, el público que llegó al Gimnasio Nacional, en La Sabana de Costa Rica.
El llamado príncipe de la canción subió al escenario a las 7:53 p. m., con un gentío que lo aplaudió y ovacionó levantándose de sus asientos tanto en la zona baja del lugar como en las graderías. Y de esa misma forma lo despidió a las 9:30 p. m., cuando el mexicano bajó del escenario aún envuelto en la música de su orquesta que daba ya los últimos sonidos de El triste, canción que el público le pidió a gritos.
José José, con una voz notablemente desmejorada, dio un espectáculo en el que logró gran conexión con el público. Fue conversador, ameno; contó anécdotas, hizo referencia a los autores de las canciones que interpreta –como Rafael Pérez Botija y Manuel Alejandro– e incluso bromeó y dedicó canciones a las parejas que se aman y a las madres.
El Gimnasio Nacional no estuvo lleno, muchos lugares quedaron vacíos, especialmente, en la zona baja, sin embargo el público no paró de gritar y de seguir al pie de la letra a José José.
El sonido fue un punto bajo en el concierto. Demasiados efectos en la voz y una amplificación bastante saturada, comandada por el mismo sonidista que traía el artista, hizo aún más difícil percibir las letras que interpretaba José José y deslució los finos arreglos que para el espectáculo en vivo tenía el concierto. Y aunque el sonido causó molestia en muchos de los asistentes, al final pudo más, en varios de ellos, la satisfacción de haber visto a José José muy bien plantado en el escenario aunque su voz ya no fuera la misma de hace años atrás.
Fuente: La Nacion
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